2011-06-14

LA BOGOTANIDAD


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Pertenecer a la Bogotanidad no significa ser bogotano ni haber nacido en 
> Bogotá,
> ni montar en trasmi ni ir los domingos a jartar chocolate.

> La Bogotanidad es una actitud hacia nuestra ciudad.
> Es un espíritu de tango bogotano, de caminante de centro,
> de pelis de mil pesos y revistas de segunda.

> Es unos ojos que ademas de mirar,
> las mil y una caras delineadas y masajeadas y malformadas por la Bogotá,
> son unos ojos que caminan.

> Son las letras de un cuento de Carmen Cecilia Suarez.
> Son un robo esporádico y espontáneo en la séptima con veintidós.
> Son un piropo maltrecho que huele a boxer.
> Son novecientos eventos y tiquetes de almuerzos a tres mil.

> Son muchas músicas que unen los compases de tiendas y busetas que dan 
> serenatas a la ciudad.
> Es la ñapa de jugo, el correo de la noche, un taxista chevette, el vecino, 
> la negociada de bus.
> Es también querer bailar boleros con el vestido rojo haciéndolo el cuento 
> mas bonito que alguien puede leer.
> Es leer en una cafetería con el coito del ruido que permite el nirvana del 
> silencio y además,
> La Bogotanidad es pensar y desear a todas las mujeres del prójimo mientras 
> todas las mujeres del prójimo quieren ser deseadas.
> Es un tacón que cubre la media pantalon cubierta por un remiendo de esmalte,
> son muchas secretarias y muchos jefes y muchos muñequitos de peluches encima 
> de los escritorios.

> Es subir su propia Himalaya que se llama Macarena mientras el loco de 
> siempre da una mugrosa bienvenida que cuesta la moneda de doscientos que 
> sobro del bus.

> La Bogotanidad es ese pan de bolsa de tienda que sabe a jabón Rey y que sólo 
> se ablanda si uno lo sumerge en el café con leche, perdón, leche con café.

> La Bogotanidad se lleva y se incrusta y se camina y se come y se ama y hasta 
> se le puede hacer el amor y hasta siendo mujer.

> La Bogotanidad es esa actitud de una ciudad que es fácil dejar, a veces fácil 
> olvidar, pero que una que otra vez toca el hombro de unos y de otras para 
> recordarles que ese fantasmita, ese fantasmita no se va a ir jamás.

1 comentario:

Shayu Garnica Jara dijo...

Leyendo esto consideré la emoción de caminar y sentir Bogotá "muy bello" y MUY REAL.